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Nuestros visitantes

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Nunca había sentido latir tan fuerte su corazón como la vez que pisó por primera vez el escenario de la UVA Aguas Claras, la adrenalina invadió todo su cuerpo y al son de los aplausos se sentía como toda una estrella.

Nació en Medellín hace 29 años y hoy vive en el Barrio Navarra del municipio de Bello; creció con sus hermanos, quienes ya forjaron sus propios hogares, pero él se quedó en casa con sus padres. Con un tono amoroso, afirma que lo más importante de su vida es la familia. Todos los días Walter se despierta con la mejor energía del mundo, ayuda con los quehaceres de la casa y luego sale a disfrutar de toda la oferta educativa y cultural que hay en la UVA cercana a su casa. El respeto por el otro es una de sus mayores virtudes, además le gusta compartir con chicos y adultos y esto ha hecho que tenga muchos amigos.

“Acá aprendo muchas cosas, no es una institución cualquiera, participa uno y se divierte sin calificación o discriminación, compartir en la diferencia”. La historia de Walter Alejandro nos llena de orgullo y sirve de inspiración para toda la comunidad que visita la UVA Aguas Claras, un espacio incluyente en el que la diferencia es el pilar para articular y tejer historias con las que todos pueden aprender sin barreras ni límites.


GIF de señores de la tercera edad, en sala de computadores

Doña Rosa abrió la puerta del mundo digital en la UVA Aguas Claras

Rosa Helena Hoyos es una habitante del municipio de Copacabana, tiene 69 años de edad y es una feliz beneficiaria de la UVA Aguas Claras. Ella, como la mayoría de habitantes del sector, llegó a la UVA con la intención de conocer la programación, los talleres y las actividades de las cuales se podría beneficiar.“El curso que más me interesó fue el de informática básica, yo quería saber por lo menos cómo se utilizaba el computador y también aprovechar mi tiempo libre”. Así fue como Doña Rosa se inscribió con toda la actitud al curso e inició sus clases muy cumplidamente.

Al iniciar, como es normal en las personas de su edad, ella estaba muy nerviosa y pensaba que no iba a ser capaz, se le notaba la timidez, pero no desistió gracias al apoyo y paciencia de la mediadora de la Fundación EPM que la estaba acompañando en su proceso. “Empecé conociendo las partes del computador. Me sentí muy feliz cuando empecé a mover el mouse, yo nunca pensé que iba a aprender a manejar ese aparato”. Poco a poco doña Rosa fue aprendiendo a ubicar las partes del teclado hasta que en una de sus clases la mediadora le enseñó a digitar un texto en Word.

“Llegué tan contenta a mi casa después de esa clase, encendí el computador de mis nietos, saqué mi cuaderno y seguí paso a paso lo que había aprendido. ¡Mis nietos no lo podían creer, todos estábamos felices! Doña Rosa es una de las estudiantes más brillantes del curso, ya inició el de informática intermedia y sigue asistiendo a clase con mucha alegría y ganas de aprender. “Quién iba a pensar que yo iba a estar haciendo esto, estoy muy agradecida con mi profesora porque si no hubiera sido por su paciencia yo ya me hubiera ido”.

Al verla tan entusiasmada y feliz, sus nietos le regalaron un computador en el que ya puede practicar todos los días lo aprendido en la UVA. Así es como Aguas Nacionales, filial del Grupo EPM, busca mejorar la calidad de vida de los habitantes del área de influencia del proyecto PTAR Bello, rompiendo la brecha digital en la comunidad y de esta manera acercar a grandes y chicos, sin importar la edad, al fantástico mundo de la tecnología de manera responsable, a través de la UVA Aguas Claras, operada por la Fundación EPM.


gif con personal e instalaciones de EPM

Logo UVA Aguas Claras