Actualmente nuestro planeta padece diversos efectos causados por el cambio climático y las acciones humanas sobre los recursos naturales. El agua y los ecosistemas acuáticos, como arrecifes, mares, océanos, manglares, zonas costeras, ríos, aguas subterráneas, estuarios, pantanos, lagunas, lagos y humedales, son esenciales para el desarrollo de la vida como la conocemos hoy, sin embargo, “la actividad humana está generando un gran impacto en dichos ecosistemas, alterando el funcionamiento y el mantenimiento de los mismos, poniendo en riesgo los servicios ecosistémicos de los que depende la vida en la biosfera”.
Es por ello que la educación ambiental se vislumbra como una herramienta clave tanto en la transformación de los individuos, como en las acciones que permitirán el cambio de paradigmas sobre los cuales consumimos los seres humanos e igualmente abre caminos por medio de los cuales se logrará el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles - ODS 2030, de cara a vivir en un planeta donde las actividades humanas tengan un fuerte relacionamiento entre la conservación de los bienes comunes y a su vez con el uso y consumo consciente y responsable de los servicios ecosistémicos que la naturaleza nos brinda.
Diversas actividades extractivas como la minería, la deforestación, la ganadería, la agricultura, la urbanización, entre otras, generan gran presión sobre los ecosistemas acuáticos, muchas veces rebasando la propia capacidad de la naturaleza de restaurarse a sí misma y generando la imposibilidad de disfrute de los recursos naturales a las generaciones futuras e incluso las actuales. “Naciones Unidas instauró el 26 de enero de 1975, como el Día de la Educación Ambiental, como resultado del Seminario Internacional de Educación Ambiental y la publicación de la Carta de Belgrado, en los cuales se establecieron las metas, objetivos y lineamientos para la educación ambiental en el mundo”.
Es así como la educación ambiental debe ser entendida como una herramienta que posibilite el cambio, promueva el pensamiento crítico, visibilice los intereses económicos de todos los actores, e igualmente el contexto político donde sucede; así mismo cuestiona el sistema económico actual, los modos de vida asociados al mismo y el imaginario colectivo que lo sustenta, pues son estos últimos los que la educación ambiental busca transformar y poder así vincular a la población general a cuidar no solo los ecosistemas acuáticos, sino todos los ecosistemas existentes en nuestra casa común: la tierra.