Gracias a esa diversidad de especies, entre las que encontramos a microorganismos, hongos, plantas y animales; se dan una variedad de relaciones que aportan de manera significativa a la evolución y al mantenimiento de los ecosistemas. Dichas interacciones hacen que las poblaciones se controlen y entonces se genere un fenómeno vital para el sostenimiento de la vida, el cual se conoce como el paso de energía por cada una de estas especies que interactúa en los ecosistemas. Estas relaciones se denominan interacciones bióticas:
“…Son aquellas relaciones que se establecen entre dos o más organismos. Como resultado de éstas, los individuos pueden verse beneficiados, perjudicados o no ser afectados, dependiendo del contexto en el que ocurran. En general, la mayoría de las interacciones que mantienen las especies se originan a partir de su necesidad de obtener los recursos necesarios para sobrevivir (agua, nutrimentos o luz, en el caso de las plantas)”
Boege, Karina y Del Val, Ek. (2011). Bichos vemos, relaciones no sabemos: diversidad e importancia de las interacciones bióticas. Ciencias 102, abril-junio, 4-11.
Estas interacciones se dividen en:
Interacciones intraespecíficas: son las relaciones que se establecen entre los miembros de una misma población, las cuales podríamos asociar en tres grupos: Las relaciones Cooperativas o de “agrupación”, relaciones Competitivas y Canibalismo (Fišer, C. 2019) (Wise, 2006).
Interacciones interespecíficas: ocurre entre individuos de diferentes poblaciones o miembros de diferentes especies, y se dividen en Competencia, Simbiosis de tipo Mutualismo, Comensalismo, Parasitismo etc, Depredación, Amensalismo y protocooperación.
Estas relaciones no solo influyen entre especies, poblaciones y comunidades, también en todo el ecosistema. Por esto la energía que se encuentra dispersa pasa por todos los organismos generando la pirámide alimenticia, la cual influye de manera directa en la vida y en cómo esta se desarrolla.
En este punto tenemos que hablar de la forma en la que estos organismos reúnen energía, ya sea que la obtengan de otro organismo como es el caso de los heterótrofos, o que la generen ellos mismos como los autótrofos, creando interacciones a raíz de la obtención y el paso del flujo de energía desde un piso a otro de esta, muy conocida, pirámide alimenticia. En su base la conforman aquellos organismos autótrofos que, gracias al agua y al sol son capaces de producir su propia energía, y a su vez los demás organismos heterótrofos dependen de los anteriores para la captación de este flujo un nivel tras otro.
En conclusión, no solo el agua y las propiedades físicas son de gran importancia para la vida en la tierra, más aún todas estas interacciones entre especies, hacen que la biodiversidad y la biocenosis en la tierra sea tan variada e importante, resaltando el modo en que la energía y los nutrientes están en un completo equilibrio dentro de este sistema tan maravilloso llamado: tierra.